miércoles, 30 de noviembre de 2011

El orgullo de entregar siempre a tiempo.

Mi mente tiene una fiesta continua. El jueves que viene tengo que entregar dos trabajos.

Evaluación de investigaciones sobre Trastornos de la Comunicación:
  • Escoger cuatro artículos con dos visiones sobre un tema (dos artículos por punto de vista claro). Al principio quise escoger los artículos sobre implantes auditivos de tronco cerebral e implantes auditivos de mesencéfalo. Total, que casi toda la investigación al respecto está en italiano. Esto me pasa por considerar que Italia no era un lugar digno para hacer un Erasmus. Así que finalmente he escogido dos artículos sobre doble implante coclear de manera simultánea (una súper operación para poner los dos implantes o bien dos operaciones pero esperar para activar los dos dispositivos al mismo tiempo). Y otros dos artículos sobre doble implante coclear de manera secuencial (primero un implante, rehabilitación,... y cuando ya te manejas con él, pasar por lo mismo con el otro oído).
  • Escribir unas 6 - 8 páginas sobre la naturaleza de la investigación. Qué miden, a quién, cuándo, por qué y con qué resultados.
  • Elegir dos artículos (uno de cada bando) y hacer un análisis en profundidad de cada uno.
  • Preparar una presentación de powerpoint para los compañeros de clase sobre la naturaleza de la investigación.
  • Preparar un folio para los compañeros de clase en el que dé la información básica y las fuentes.

Asesoramiento y orientación a personas con Trastornos de la Comunicación y sus familias.
  • Leer un libro a elección (en mi caso If a Tree Falls, de Jennifer Rosner).
  • Escribir unas 6 - 8 páginas sobre el libro. Argumento, momentos en los que los personajes demuestran o necesitan habilidades de asesoramiento y orientación, cómo hubiera actuado yo en esos momentos y qué me aporta el libro para mi futura práctica profesional.

A martes, tengo los dos trabajos a medias. Es decir, que mañana me tengo que pegar una tarde de lujo terminando las dos entregas (menos mal que ninguna de las dos es extremadamente larga).

Pero en vez de tener ganas de ponerme a trabajar, me apetece cualquier otra cosa. Ahora mismo, meterme en la cama y dormir unas 10 horas seguidas (cosa que ya es imposible porque dentro de 7 tengo que estar en la ducha).

Claro que, si por algo soy conocida entre mis amigos y mi familia, es por entregar mis trabajos a tiempo. Creo que nunca me he retrasado en una entrega. Ni cuando teníamos que hacer entre dos el trabajo de cinco personas; ni cuando me acuerdo a las 3 de la mañana que al día siguiente a las 7 hay que tener preparado un resumen; ni siquiera cuando solo quedaban tres días para hacer un proyecto de más de seis meses que no estaba empezado.

Tan importante como saber realizar los trabajos, es saber cuánto tiempo me va a llevar hacerlos. Y en eso soy un hacha. Soy la mejor... apurando hasta con fracciones de hora. Y aunque en momentos como esta noche me parece que tengo que cambiar mi sistema, hoy he descubierto que lo mío no es pereza, ni manía. Es un síndrome. Sí. Un síndrome tipificado. Se llama el Síndrome del Estudiante y ha sido descrito por Eli Goldratt. 

Así que, si teníais alguna intención de ponerme un comentario ofensivo, absteneros. No es políticamente correcto menospreciar a las personas con dificultades.

Si por el contrario os habéis sentido identificados... averigua si sufres el Síndrome del Estudiante.

2 comentarios: